Muchos matrimonios padecen de comunicación violenta y no se dan cuenta, pero sufren los efectos crónicos. Lo peor es cuando se toma la comunicación violenta como la norma de vivencia, de expresividad y de actuaciones. Lo que debes entender, es que la comunicación es uno de los ejes centrales de la vida humana en general, y de la vida matrimonio en particular. Incluso los silencios adquieren gran valor en la vida matrimonial. ¿Sabías que el silencio es una forma de comunicar? ¿Cómo te comunicas en tu matrimonio? ¿Tu matrimonio es exitoso o tóxico? Debes saber que la comunicación violenta es lo opuesto de la comunicación no violenta. Vamos a ver en primer lugar, qué es la comunicación no violenta (CNV).
La Comunicación No Violenta (CNV) es un enfoque de comunicación desarrollado por Marshall B. Rosenberg que se centra en establecer conexiones y resolver conflictos de manera empática y pacífica. La CNV se basa en la idea de que la comunicación puede ser efectiva sin recurrir a la violencia, ya sea física o verbal. La violencia no debería caber en la comunicación, aunque vivimos en una sociedad altamente violenta y agresiva. Cada día debes protegerte de tu propia agresiva y de la agresividad ajena.
La CNV se centra en cuatro componentes clave:
- Observación: La capacidad de observar de manera objetiva una situación sin hacer juicios ni interpretaciones. Es importante describir la situación de manera concreta y específica, evitando generalizaciones o etiquetas.
- Sentimientos: Anima a las personas a expresar sus sentimientos de manera honesta y abierta, reconociendo que los sentimientos son una parte natural de la experiencia humana. Reconocer y nombrar los sentimientos es un paso importante para la comunicación efectiva.
- Necesidades: Pone un fuerte énfasis en identificar y expresar las necesidades subyacentes en una situación. Reconocer nuestras necesidades personales y las de los demás es esencial para encontrar soluciones mutuamente satisfactorias.
- Peticiones: Implica la formulación de peticiones claras y específicas en lugar de exigencias. Las peticiones deben ser respetuosas y orientadas hacia la acción, y deben dejar espacio para que la otra persona responda sin sentirse amenazada.
La CNV se utiliza para mejorar la comunicación en una variedad de contextos, desde relaciones personales y familiares hasta entornos laborales y comunidades. Su objetivo es fomentar la empatía, la comprensión y la resolución pacífica de conflictos al reconocer y satisfacer las necesidades de todas las partes involucradas.
La comunicación violenta por su parte se caracteriza por un enfoque en la agresión verbal, la culpa, la crítica y la falta de empatía. Es una falta de respeto manifiesto. Curiosamente, muchas personas funcionan desde este ámbito, desde la agresividad y los impulsos negativos. Todo lo que sale de su boca hierre.
En lugar de centrarse en las observaciones, sentimientos, necesidades y peticiones, la comunicación violenta a menudo involucra el uso de juicios, insultos, manipulación y desprecio hacia la otra persona. Este tipo de comunicación tiende a aumentar los conflictos y puede dañar las relaciones en lugar de mejorarlas.
En resumen, la Comunicación No Violenta (CNV) busca construir puentes de comprensión y resolución de conflictos, mientras que la comunicación violenta tiende a desgarrar esas conexiones y aumentar los conflictos.
En el caso del matrimonio, la comunicación violenta puede dañar seriamente la relación y el bienestar emocional de ambos cónyuges. Se sitúa a la raíz de varios divorcios. La pregunta clave: ¿Quieres tener un matrimonio saludable o un matrimonio tóxico?
Te dejo aquí diversos signos de comunicación violenta en el matrimonio:
- Gritos y voces elevadas.
- Menosprecio del cuerpo.
- Vida sexual agresiva y no respetuosa.
- Insultos y lenguaje ofensivo.
- Culpar al otro constantemente.
- Desprecio o sarcasmo.
- Ignorar los sentimientos del otro.
- Interrumpir constantemente.
- Amenazas verbales.
- Hablar de forma despectiva.
- Menospreciar los logros del otro.
- Desvalorizar las opiniones del otro.
- No escuchar activamente.
- Ignorar a propósito.
- Burlas constantes.
- Hablar en voz alta para asustar al otro.
- Ridiculizar al otro en público.
- Tratar al otro como inferior.
- Desatender las preocupaciones del otro.
- Usar el silencio como castigo.
- Negar las emociones del otro.
- Hablar con agresividad pasiva.
- Hacer críticas hirientes.
- Juzgar y etiquetar al otro.
- Usar el sarcasmo para herir.
- Hablar en términos absolutos («siempre» y «nunca»).
- Desobedecer las peticiones del otro.
- Hablar en términos de «deberías» y «tendrías que».
- Usar insultos racistas o sexistas.
- Culpar al otro por todo.
- Ignorar las necesidades emocionales del otro.
- Amenazar con abandonar la relación.
- Usar la humillación como táctica.
- Desafiar y minimizar los sentimientos del otro.
- Hablar con tono crítico constante.
- Desviar la atención hacia el pasado.
- Culpar por la propia infelicidad.
- Manipular emocionalmente.
- Usar el menosprecio como arma.
- Hablar de manera condescendiente.
- Negar las necesidades del otro.
- Ignorar las disculpas del otro.
- Amenazar con daño físico.
- Usar el menosprecio para controlar.
- Hablar de forma despectiva de los amigos o familiares del otro.
- Culpar por el estrés y las dificultades.
- Ignorar las necesidades sexuales del otro.
- Usar términos hirientes durante las discusiones.
- Hacer comentarios despectivos sobre la apariencia del otro.
- Culpar por los problemas financieros.
- Ignorar las necesidades de apoyo emocional.
- Amenazar con la exposición de secretos.
- Usar la crítica para debilitar la autoestima.
- Hablar de manera manipuladora.
- Desvalorizar los sentimientos del otro.
- Culpar por la falta de éxito.
- Ignorar las necesidades de tiempo juntos.
- Usar el menosprecio para ganar ventaja.
- Hablar en forma de desprecio constante.
- Desviar la responsabilidad personal.
- Culpar por la falta de felicidad.
- Ignorar las necesidades de apoyo en momentos difíciles.
- Amenazar con dejar a los hijos.
- Usar el sarcasmo para humillar.
- Hablar en términos de amenazas.
- Desvalorizar los logros del otro.
- Culpar por la falta de satisfacción sexual.
- Ignorar las necesidades de conversación.
- Usar la crítica para herir emocionalmente.
- Hablar de manera manipuladora.
- Ridiculizar a la pareja en privado.
- Amenazar con herir a los seres queridos.
- Culpar por la falta de comunicación.
- Ignorar las necesidades de respeto.
- Usar el menosprecio como castigo.
- Hablar con desprecio sobre el futuro.
- Desafiar y minimizar los problemas.
- Culpar por la falta de confianza.
- Ignorar las necesidades de espacio personal.
- Usar la crítica para controlar.
- Hablar de forma despectiva sobre la relación.
- Ridiculizar a la pareja en público.
- Amenazar con la infidelidad.
- Culpar por la falta de apoyo emocional.
- Ignorar las necesidades de intimidad emocional.
- Usar el sarcasmo para manipular.
- Hablar en términos de chantaje emocional.
- Culpar por la falta de tiempo juntos.
- Ignorar las necesidades de apoyo en la crianza de los hijos.
- Usar el menosprecio para socavar la autoestima.
- Hablar con agresividad pasiva constante.
- Ridiculizar la apariencia del otro en privado.
- Amenazar con difamar la reputación.
- Culpar por la falta de reconocimiento.
- Ignorar las necesidades de apoyo en momentos de crisis.
- Usar la crítica para debilitar la relación.
- Hablar de manera condescendiente sobre las metas del otro.
- Culpar por la falta de respeto.
- Ignorar las necesidades de tiempo para la relación.
- Usar el sarcasmo para herir emocionalmente.
- Hablar en términos de superioridad.
- Ridiculizar la pareja en situaciones íntimas.
La comunicación violenta puede ser dañina para la relación y para la salud mental de ambos cónyuges. Si reconoces estos signos en tu matrimonio, es importante buscar ayuda de un coach.
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Coach Dr. Apollinaire Dschoutezo es un coach muy apreciado por sus clientes de Coaching, que le reconocen cualidades y habilidades humanas intrínsecas. Es Experto Universitario en Coaching e Inteligencia emocional. Especialización en Coaching de Salud (Health Coaching). Certificado en Coaching Nutricional. Ofrece sesiones online o presencial de Coaching. Contáctame al WhatsApp +34 639 39 11 56.